La epicondilitis es una enfermedad que afecta a una parte importante de la población, especialmente a quienes realizan actividades repetitivas con el brazo y la muñeca. Comprender esta afección y las estrategias para tratarla es crucial tanto para las personas afectadas como para los profesionales sanitarios.
¿Qué es la epicondilitis?
La epicondilitis, a menudo conocida como codo de tenista (epicondilitis lateral) o codo de golfista (epicondilitis medial), es una forma de tendinitis que afecta a los epicóndilos, los puntos de unión de los tendones al hueso del codo. Esta afección es el resultado de una sobrecarga o un uso excesivo de los tendones, lo que provoca
dolor y sensibilidad en la zona
Causas y factores de riesgo
Aunque suele asociarse a los deportistas, la epicondilitis puede afectar a cualquier persona. Las causas incluyen:
1. movimientos repetitivos Tareas que impliquen movimientos repetitivos del brazo y la muñeca, como
teclear o utilizar herramientas manuales puede aumentar el riesgo.
2. Actividades deportivas: Deportes como el tenis o el golf son especialmente propensos a causar
epicondilitis debida al uso intenso de los brazos.
3. Edad y condiciones de salud: Las personas de entre 30 y 50 años son más propensas, al igual que
personas con determinadas afecciones que afectan a músculos y tendones.
Síntomas comunes
Los síntomas de la epicondilitis incluyen
Dolor y sensibilidad en el codo, especialmente al agarrar objetos.
Rigidez en el codo.
Debilidad en brazos o muñecas.
Sensibilidad al tacto en el hueso del codo.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la epicondilitis suele incluir una exploración física y, en ocasiones, pruebas de imagen. El tratamiento puede incluir:
Descansa: Es fundamental evitar las actividades que exacerban el dolor.
Medicación: Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
Terapias físicas: Los ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, bajo la dirección de un fisioterapeuta, pueden ser beneficiosos.
Apoyacodos: Las órtesis o las coderas pueden ofrecer apoyo y aliviar el dolor.
Inyecciones de corticosteroides: En casos más graves, pueden utilizarse para reducir la inflamación.
Cirugía: Raramente necesaria, se considera cuando han fracasado otros tratamientos.
Prevención y cuidados
Ergonomía: Ajustar la postura y el equipo en el trabajo o durante las actividades deportivas puede reducir el riesgo.
Calentamiento y estiramientos: Antes de una actividad física intensa, es importante preparar los músculos y tendones, y después de la actividad, es esencial estirar los músculos.
Fortalecimiento: Los ejercicios para fortalecer los músculos del antebrazo pueden ayudar a prevenir la epicondilitis.
La epicondilitis, aunque frecuente, puede tratarse eficazmente con el enfoque adecuado. Es esencial que las personas con esta afección acudan al médico para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Adoptar medidas preventivas y mantener una rutina saludable para brazos y muñecas puede ayudar a minimizar los riesgos de esta afección.
Recuerde que la información aquí presentada no sustituye la consulta a un profesional sanitario. Si sospecha que padece epicondilitis, o para más información sobre el tratamiento y la gestión de esta afección, consulte a un médico o fisioterapeuta.