Una úlcera por presión es una lesión localizada de la piel o los tejidos subyacentes que se produce cuando hay una disminución de la circulación sanguínea causada por la presión aplicada en una zona específica.
Al principio, puede notar un ligero enrojecimiento de la zona afectada (el primer signo de daño tisular). Los tejidos subyacentes sufren cambios debido a la escasa irrigación sanguínea. Pueden verse afectadas varias capas de la piel, los músculos y los huesos.
Todos los pacientes inmovilizados debido a una enfermedad crónica o durante el periodo postoperatorio corren un alto riesgo de desarrollar úlceras por presión.
En el programa de atención al paciente durante su estancia en el hospital, así como en su domicilio, se informa al paciente y a su familia sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas que deben tomar para evitar la aparición de este tipo de úlceras.
Si ya existe una úlcera por presión, es necesario el control de la herida, combinado con la aplicación de apósitos avanzados y el uso de dispositivos de alivio de la presión.
Factores de riesgo:
La principal causa del daño tisular que da lugar a las úlceras por presión es la acumulación de presión. El daño tisular es proporcional a la intensidad de la presión y a la duración de la compresión capilar.
Otros factores que contribuyen al riesgo de desarrollar úlceras por presión:
- Envejecimiento
- Fumar
- Afecciones cutáneas: elasticidad, edema, sequedad
- Hipoxia en los tejidos, causada por una enfermedad subyacente.
- Anomalías nutricionales (sobrepeso o insuficiencia ponderal)
- Anomalías inmunológicas
- Trastornos neurológicos
- Alteración del nivel de conciencia
- Incontinencia
- Medicación
- Movilidad reducida, causada por dolor, cansancio o estrés
- Mala higiene
- Inconsciente del daño potencial
Medidas preventivas:
Alterne la posición del paciente:
Una de las medidas más sencillas y eficaces es cambiar con frecuencia la posición del paciente.
- Si el paciente no puede cambiar de postura por sí mismo, los cuidadores y el personal sanitario deben ayudarle.
- Las personas encamadas deben cambiar de postura al menos una vez cada dos horas.
- Una persona en silla de ruedas debe cambiar de posición al menos cada 15 o 30 minutos.
Si ya se ha formado una úlcera por presión, es importante evitar que esté sometida a presión adicional, ya sea recolocándola o utilizando dispositivos de alivio de la presión. De este modo, la herida tendrá más posibilidades de cicatrizar.
Sigue una dieta sana y equilibrada:
Una dieta sana y equilibrada, con una ingesta adecuada de proteínas, vitaminas y minerales, ayuda a prevenir daños en la piel y a que las heridas cicatricen más rápidamente. Si es necesario, el paciente puede ser remitido a un nutricionista que defina un plan dietético adecuado para él.
Cuida tu piel:
Es importante inspeccionar a diario las zonas de la piel que presentan riesgo. Puede utilizar un espejo para ver las partes del cuerpo más difíciles de observar, como los muslos y los talones. Si nota algún cambio, decoloración de la piel (enrojecimiento permanente, color parduzco) debe ponerse en contacto con su profesional sanitario, médico de familia o enfermera de familia si está en casa, o con uno de sus auxiliares de enfermería si está en el hospital o en una residencia.
Piel en riesgo:
La decoloración de la piel puede indicar la presencia de una úlcera por presión de grado 1, que debe tratarse correctamente antes de que cause más daños en la piel, que suelen ser dolorosos y tardan mucho tiempo en curarse.
Las personas mayores suelen tener la piel seca y frágil. Junto con una higiene adecuada, debe llevarse a cabo la aplicación tópica de productos con ácidos grasos esenciales, especialmente en las zonas de riesgo como los talones, las nalgas y los codos (véanse las zonas de riesgo en la imagen).
Prevención y cuidado de la piel:
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